Frecuentemente, el diagnóstico de psicosis o esquizofrenia de inicio en la infancia y adolescencia, es muy complejo debido al predominio de inicio insidioso. Son frecuentes las alteraciones premórbidas conductuales y psiquiátricas como; el retraimiento social y el aislamiento, los problemas de conducta, un bajo rendimiento académico y problemas motores de habla y de lenguaje.
El abordaje terapéutico debe ser multimodal y adaptado a la fase evolutiva del niño o adolescente. Es fundamental un adecuado diagnóstico psiquiátrico precoz para poner en marcha medidas terapéuticas que incluyen tratamiento farmacológico, la aplicación de medidas preventivas, psicosociales y de apoyo familiar.